Add parallel Print Page Options

A los cielos los revisto de tinieblas
    y los cubro de ceniza».

El Señor omnipotente me ha concedido
    tener una lengua instruida,
    para sostener con mi palabra al fatigado.
Todas las mañanas me despierta,
    y también me despierta el oído,
    para que escuche como los discípulos.
El Señor omnipotente me ha abierto los oídos,
    y no he sido rebelde ni me he vuelto atrás.

Read full chapter